Paridad fija bolívar-petro con transparencia


Comparto la tesis de que en el largo plazo los problemas económicos de Venezuela se han derivado principalmente de un gigantesco y consistente fenómeno de fuga de capitales. Incluso desde mucho antes del famoso viernes de febrero de 1983. Este fenómeno ha originado el término de uso corriente “burguesía apátrida”.
No hemos tenido ninguna política monetaria que haya evitado la fuga de capitales. Ni inyección de divisas en el mercado cambiario, ni sistema de bandas, ni crawling peg, ni reconversión, ni control de cambios. Nuestros controles de cambio han sido clamorosos fracasos. Para colmo, el “malo” siempre termina siendo el gobierno de turno ya que “no combate la corrupción”.
Lamentablemente, nuestra economía en estos momentos aún depende de que el sector privado reciba divisas del Estado. Eso debe cambiar, pero actualmente es una dependencia que repercute brutalmente en bienestar del pueblo, como ha quedado demostrado estos últimos años y sobre todo en estos últimos meses. Si el sector privado no recibe repuestos no hay transporte, si no recibe insumos químicos no hay alimentos o medicinas. La falta de divisas en el sector privado además la estamos pagando los venezolanos con una enorme operación de saqueo basada en un diferencial cambiario espurio.
En mi criterio, la solución no es concentrar en el Estado las importaciones, como algunos plantean. Por varias razones como (1) el Estado no tiene capacidad física para realizar todas las importaciones necesarias, (2) se necesita una gran experticia técnica y un gran aparato burocrático de control de importaciones en todos los rubros, que no tenemos (3) tenemos un porcentaje considerable de quintas columnas o simplemente funcionarios opositores en el Estado dispuestos a sabotear la gestión y (4) el capital tiene una enorme capacidad para corromper funcionarios y continuará la fuga de capitales con el agravante de que el culpable aparente será la Revolución.
Es decir, no le podemos dar un cheque en blanco ni a la burguesía ni a la burocracia. La solución evidentemente no está en ese eje, estamos delante de un falso dilema.
¿Cuál es la solución? Cambiar de método. No tenemos que hacer un control de cambios, donde hemos fracasado estrepitosamente. Tenemos que ejercer un control de importaciones en el marco de una regulación severa del uso de divisas. Todo a través de una Ley de Control de Capitales cuya herramienta conceptual sea la transparencia. El problema es que por culpa de una tradición de secretismo burocrático, casi nadie sabe con qué se come eso de la transparencia.
¿Cómo podría ser la transparencia en la gestión pública? Ilustremos con ejemplos.
Imaginemos que todos los movimientos de ejecución presupuestaria de todos los entes del Estado quedan disponibles vía web para el escrutinio público a tiempo real. No es imposible, ya hay experiencias en el estado venezolano.
Imaginemos que el Estado sólo asigne petros al sector privado, con lo que todas las operaciones de cambio pueden estar disponibles en línea, desde el mismo momento de la transferencia de petros, para el escrutinio público. Esto es posible gracias a que el blockchain es público y cualquier organización gubernamental o no gubernamental podría hacer contraloría.
Imaginemos un blockchain público para registro de todas las operaciones en aduanas. Además, imaginemos una serie de cámaras web en las aduanas, con acceso permanente por parte de toda la ciudadanía, incluyendo a quienes importan y quieren ver su mercancía en su tránsito de aduanas.
Imaginemos, en resumen, toda la gestión pública transparente a tiempo real. Nada nuevo bajo el sol, se habilita lo que hemos llamado contraloría social y que aparentemente muchos tampoco saben con qué se come eso. Imaginemos también, por supuesto, a un sistema judicial que castiga los delitos cambiarios y aduanales con rigor y de manera perentoria.
La solución inmediata a nuestros problemas monetarios no es el control de cambios, es la #ParidadFijaBolivarPetro con contraloría transparente de delitos monetarios y aduanales a través del blockchain del petro y otras fuentes informativas. A largo plazo, ir incrementando la producción y cambiando los hábitos de consumo.

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